13/12/10

'Quiero ser sicaria'





En un año y siete meses una bala de La Pantera matará a alguien en Ciudad Juárez. En el comedor de la cárcel municipal para mujeres aguarda su salida de prisión y diseña su itinerario: Quiero ser sicaria…
La Pantera, que no quiere tener nombre, sabe y cuenta: “Aquí hay chingo de viejas que son sicarias y extorsionadoras, pero se hacen las mustias –dice– mientras una señora cercana a los 60 años de edad, presa por tráfico de personas, camina a nuestras espaldas como rengueando por el frío.
– ¿Le ha dicho a su esposo que desea ser pistolera?
– Muchas veces.
–¿Y él que responde?
–Que cuando salga de aquí, voy a cambiar.
–¿Y qué le dice usted?–
¡Que no! Que voy a ser peor. El día que salga –le digo– quiero matar a una culera enfrente de ti. Y le pregunto a él: ¿Qué piensas? Y él se queda callado.
II.-
La zona de los dormitorios es como una hielera de acero con retazos en color crema. Aquí hay 134 mujeres presas.
El 80%, según datos oficiales, condenadas por delitos de transportación y contrabando de droga. El resto (20%) está cautiva por robo o extorsión.
La Pantera, hojea el periódico local que hoy ha titulado Amanece calcinado.
Un guardia –que tiene la barba poco rasurada y entrenado para hablar poco – vigila en silencio a unos 10 metros.
Su relato sobre mujeres presas me remonta a un video. Apareció en Youtube como elpumaoriginal horas antes de la muerte de una mujer el 11 de octubre de 2010.
En el video, una mujer es interrogada por dos presuntos sicarios que le apuntan al vientre. Dice llamarse Sanjuana Gabriela Enríquez.
Sus captores preguntan:
– Tú sabes que más mujeres están metidas en esto, ¿verdad?
– Sí.
– ¿Cuántas, las que tú conozcas, cuántas más?
– Nomás nosotras dos
– ¿Qué les ha pasado a las otras?
– Las han matado
– ¿Y no te da miedo?
– Sí
Durante el interrogatorio uno de sus captores le coloca una rosa entre las manos. Minutos después aparece una toma donde la mujer tiene pintada en la espalda la cita: “Soy extorsionadora al servicio de La Línea”. Un día después Sanjuana aparecería asesinada.



En el penal, sigo la charla con La Pantera. Tiene unos ojos enormes y acechadores.
Ahora quiere hablar de la familia:
- Hasta mi hijo de 12 quiere ser sicario. Una vez yo le pregunté: ¿Mijo, qué quiere ser de grande? Y él me dijo: pues sicario mamá.

– Pero habla de matar personas…
– ¿Y eso qué? – dice dirigiendo la mirada hacia el costado– algún día me van a matar a mí. Yo también soy persona.
– ¿Qué le hace pensar que la vida será mejor si es sicaria?
– Tú vives la vida como quieres vivirla. No por ser secretaria o por ser sicaria o por ser ratera o por ser lo que tú seas. La vida la tienes que vivir una vez. Si no haces lo que a ti te gusta, ¿entonces qué caso tiene?..
IV.-
Para entender un tramo de lo dicho por La Pantera –presa por el robo de una joyería– echo un vistazo al pizarrón de una redacción local.
No son las cifras de las fiscalías mexicanas, sino del Diario de Juárez, que lleva su propio conteo de crímenes en esta ciudad: 2 mil 932 en lo que va de 2010.
La aritmética de la violencia en Juárez y la incursión de mujeres en el sicariato, podría tener un sentido de imitación. Algo que en Estados Unidos se llama copy cat.
Personas que se caracterizan por copiar crímenes que han cometido asesinos famosos o muy reconocidos tiem-po atrás.
El criminólogo juarense Gabriel Rodríguez Leos fundamenta esta hipótesis y cree que algunas de las mujeres que son sicarias o que están en la línea de conversión al sicariato, admiran la fama de otros pistoleros.
– Ese hecho es lo que invita a las mujeres; se sienten atraídas por esa fama, me dice el especialista y miembro de la Asociación de Criminólogos y Criminalistas de Chihuahua.
Ellas –dice– ven la violencia y el sicariato muy común y tienen gusto por el dinero fácil que ofrece el narcotráfico o las actividades ilícitas.
V.-
En el centro de Juárez, la teoría del especialista cobra forma. Es mi segundo día en la ciudad y esta vez el frío de madrugada me arrastra has-ta las calles del centro en las cercanías del cruce internacional hacia la ciudad de El Paso, Texas, considerada una de las más seguras de Estados Unidos.
En El Paso, – donde 90% de la población es de origen mexicano– se han registrado cuatro asesinatos en 2010, contra 2 mil 932 de Juárez.
La lógica es simple. Del otro lado de la frontera, mueren en un año, el equivalente a las personas que son asesinadas en medio día en Juárez.
Ahí cerquita del puente, con una luz parda, conozco a una prostituta cercana a los 37 años y con un hijo de 22.
Recién ha enviudado. Su marido fue asesinado por una banda rival. Ella sospecha que es por la mafia.
Y platica: Hace como dos semanas vino un cholo y dijo: vengo a informarles que a partir del viernes vamos a cobrar una cuota, para que les diga a todas.
– Hasta traía credenciales de los que pedían cuota.
– ¿Y en qué quedó eso?
– Ya no volvieron…
– El sábado a una de las muchachas que trabajan ahí la amenazaron con una pistola. Le dijeron que le dijera al bato del hotel que no se pasara de verga. Que si no creía iban a empezar a levantarnos a nosotras. Y también nos enteramos que en abril vendrá la gente nueva y que ya no pedirán cuota.
La señora se baja del automóvil y se pierde cuadras abajo, rumbo a su casa.



VI.-
Ahora vuelvo a la cárcel con La Pantera. ‘Ay golondrina, dime que vuelves/ junto a mi lado/ tarde o temprano/…’ se escucha en el radio de la lavandería que es atendida por una señora acusada de asesinar a su hijo.
– Usted parece una mujer muy valiente…
– Yo siempre he sido así. Digo las cosas como son. Por mi carácter tengo mu chos problemas aquí.
– Afuera hay muchos que son sicarios, ¿qué piensa?
– Yo lo sé. ¿Pero tú no has oído el dicho que es más chingona una mujer que un hombre? A veces tiene más huevos uno de mujer que uno de hombre. Está comprobado.
– Más ovarios, dirá usted.
– Ponle huevos –entonces se ríe con perversidad.
– ¿Y qué hay de sus sueños?
– No tengo sueños yo.
– ¿Y los sueños de sus hijos?
– Son de ellos. Son sus sueños.
– ¿Por qué no tiene sueños?
– Nomás ser sicaria. Para qué quiero más sueños ya. ¿Qué gano con soñar cosas que a lo mejor ni se me cumplen?
– ¿Por qué no pensar el salir de aquí, en manejar un taxi, dar clases o estar en la maquila?
– ¡Claro que no! ¿Un suel do de maquila de 400 pesos a la semana? Lo que sí es que como sicaria no me van a pagar 400 pesos. ¿Te vas a matar todo el día por 400 pesos? A mí también me van a llorar cuando me maten.
– ¿Quién va a ganar esta guerra del presidente Felipe Calderón?
– La van a ganar los narcos, porque el presidente no la va a poder ganar. Nos lo va a poder frenar
– ¿Entonces apoya usted a los narcos?
– Y qué gano con apoyar al presidente. ¿El presidente en qué nos apoyó a nosotros? ¿Qué nos da el presidente a nosotros? ¿Promesas? Un presidente para poder sentarse en una silla te promete muchas cosas, que nunca te cumple. Yo por eso nunca voto por nadie.
– ¿Qué piensa de las mujeres a las que les han matado hijos en esta guerra?
– Que ya les tocaba. Tu tienes una rayita hasta donde vas a llegar y cuanto llegas ahí, ya te chingaste.
– ¿Qué les espera a sus hijos con esta guerra?
– Que la guerra siga, Juárez se está quedando solo.

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