22/1/12

Redacción: Soluciones permanentes a problemas temporales

(Foto: Taller de Periodismo Creativo organizado por la Red de Periodistas de Juárez y Periodismo Indeleble)

Por Darío Dávila

Algunos periodistas han olvidado porqué están de pie. Sus redacciones padecen el virus de la apatía, el ego y la arrogancia. Se perciben como fábricas masivas de noticias y no generadores masivos de contenido que provoca pensar. ¿Es posible cambiar el paradigma de este pensamiento?

Aquí 2 ejemplos:

Problema temporal: Los reporteros son obligados a entregar 5 historias, enviar el sitio en Internet y entregar temprano.

Solución permanente: Una agenda ciudadana, con un flujo de trabajo dedicado a escuchar la ciudad y sus problemas, ayudaría bastante. Un equipo que ataca en equipo esas coberturas tendrá historias más poderosas distribuidas no sólo en una página, sino en un micrositios, redes sociales y ciudadanos enterados.
El periodismo de cuota empobrece los contenidos. Los diarios no son fábricas de salchichas. El equipo de reporteros debe entender que las mejores historias se reportean desde las personas, no desde los edificios.



Problema temporal:
Los reporteros se quejan de que los editores no reportean.

Solución permanente:
Los editores no deben abandonar la calle virtual (redes) y física y los reporteros nunca deben dejar de guiar a sus editores. Un mecanismo de rotación semanal permitiría que el editor acompañe en la cobertura a los muchachos. Ejemplo: El lunes durante la mañana camino los barrios con el reportero que cubre comunidad. El martes acudo a la fiscalía para intercambiar datos con mi reportero. El miércoles invitó un café fuera de la redacción para saber qué dudas tienen sobre sus historias o si necesitan que alguien más apoye esa cobertura.

¿Es posible o te seguirás quejando?

1 Comenta...:

Bingo dijo...

Estos ejemplos son escenarios de fantasía, tengo ya siete años escribiendo columnas críticas al periodismo de mi ciudad natal, un periodismo donde todo está mal, reporteros que no saben reportear, editores que no saben editar y que encima de eso son déspotas, altivos y petulantes; sueldos bajísimos mientras los dueños de los diarios reciben millones en chayote. ¿Cómo comprobar esto último? Muy fácilmente, basta ver una edición en papel o los PDF en internet y se comprobará que ninguno de esos diarios tiene publicidad comercial. Los reporteros producen notas insípidas, copias al carbón de los boletines de prensa, refritos, actualizaciones sosas de lo que sus compañeros escribieron días antes (sino es que vulgares plagios) nunca acuden a obtener el punto de visto opuesto ya que practican lo que se llama periodismo de declaraciones. En suma, nada que pueda llamarse verdadero periodismo. Oh, la ciudad es San Luis Potosí, pero podría ser cualquiera de México.

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