26/8/07

"Juanito, le dije, ayúdame a cruzar..."


Es probable que esta historia sea un mal entendido. Imagino a Juan corriendo por el panteón pidiendo que no lo maten. Gritando que él no violó a la niña. Que eso era mentira. Lo que no me queda claro es por qué después de tantos años, Juan se ha convertido en un santo venerado por emigrantes y polleros.

Ahora sé que le dicen “Juan Soldado”, “Juanito”, “Juan Castillo Morales” y que su altar está en una colonia de Tijuana que de noche, es como una enredadera de lucecitas opacas de árbol de Navidad, metidas en una caja de cartón carcomida por la humedad de los años.

Sé que la fe en este supuesto violador y asesino de una niña provoca que la gente le pida en cartas: “Juanito, por favor, cuida a mi familia porque voy a cruzar para el otro lado. Te pido que los protejas de la Migra. El pollero va ir por ellos a Mexicali…”

Declara doña Virginia Rodríguez, quien a las afueras del Panteón municipal 1, hace negocio con la historia de este soldado raso muerto el 17 de febrero de 1938: “Personas que vieron su muerte me han dicho que era inocente. Por eso me dijeron que vendiera mis cositas (recuerdos y figuras de Juan Soldado) con confianza. Que a nadie le estaba haciendo daño”.

-¿Daño?, le pregunto.

- “Sí. En un principio que empecé a vender sus cosas me asustaba. Hasta que alguien me dijo, cada quien tiene derecho a creer en lo que quiera, tú estás vendiendo porque es tu trabajo. Desde entonces me sentí bien. Pero sí, hace milagros….”

- ¿Cómo cuales?

-“Mire, si pasa a su capilla, verá muchas placas de gente que le pide que le ayude a pasar al otro lado y los ha ayudado. Le piden pa’l pasaporte, pa’las enfermedades”.

-¿Y ha cumplido algo de eso?

- “Yo creo que sí les ayuda porque si no la gente no volvería. Yo pienso que si no se cumpliera lo que le piden, no regresaría la gente”.

La mujer vende desde hace años pedacitos de fe con la figura de “Juan Soldado”, afuera del camposanto donde lo mataron. “También me han dicho de enfermedades, de cánceres, de los ojos y detalles así que a mí se me hacen milagros”.

‘Te pido que lo mates’

Adán Rangel Dueñas, un maestro de secundaria de Ciudad Obregón, Sonora, quiso comprobar que este supuesto santo también las puede para materias como la estadística.

Está sentado sobre una tumba fumando: “Como yo no pasaba la materia de Estadística porque no tengo esa capacidad, vine, acaricié su cara y lo persigné y le dije: “¡Juanito, ayúdame! Tú sabes que vengo desde muy lejos y sería muy triste para mí que este maestro se ensañe conmigo y me repruebe….”

Como fuese, a Adán, que estudia la maestría en Educación Superior en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), le funcionó la receta: el maestro no lo reprobó y está por concluir la maestría.

¿Y qué hay del maestro que quería tronarlo? Es probable que éste no sospeche que Adán también le pidió a “Juan Soldado” que lo enviará muy lejos, donde “no haga daño” a más estudiantes.

Adán también confiesa que una tarde se aproximó a la capilla del panteón y al acercarse vio a una mujer hincada pidiendo a Juan Soldado: “Por favor, Juanito, te pido que lo mates…”.

Entonces – dice Adán- decidí alejarme y me dio mucho coraje, porque eso significa que mucha gente también le pide que haga daño a otros.

Un santo de mandíbulas apretadas

Parece que “Juan Soldado” tiene tres personalidades. La del niño de 12 ó 13 años que está parado al lado de una mesa con una cruz, la del adulto de casi 30 años con un bigote diminuto, mirada desconfiada y mandíbula apretada, y la del personaje que de la nada se convirtió en un santo, a pesar de ser asesino confeso de la niña Olga Camacho Martínez.

Olga, recuerda Sergio Vázquez Ruiz, presidente de la Sociedad de Historia de Tijuana, había sido enviada a la tienda pero ya no regresó. “Dicen que ella pasó por el cuartel militar donde estaba Juan Soldado”.

El testimonio de Sergio coincide con lo dicho por el tío de la niña Olga, José María Camacho, al semanario Zeta de Tijuana en 1991: “Cuando no regresaba y no regresaba, comenzamos a buscarla por todos lados y nada. Seguimos buscando, hasta que por fin la encontraron en el garaje de la guarnición”.

“Estaba casi descuartizada. Violada, y la niña con cabellos del soldado en la mano; lógicamente había tratado de defenderse. Dimos aviso a la policía y todo, pero entonces estaba el general Contreras de jefe de guarnición. Le achacaban el crimen a un capitán. Mentiras. Fue él, fue Juan Soldado, inclusive llegó a su casa todo sangrado y su esposa lo vio”.

Sí, recuerda Sergio Vázquez: “Juan Castillo Morales, apareció con las ropas ensangrentadas. Había sido un día lluvioso y quedaron las huellas sus botas”.

“Entonces se levantó un clamor social. Protestaron por la muerte de la niña. La gente decía que Juan Castillo era un chivo expiatorio y que el verdadero culpable era un jefe militar de alto rango”.

Y agrega: “La gente incendió el Palacio de Gobierno y la Comandancia de la Policía. Incluso tuvo que venir gente del FBI de San Diego para investigar el asesinato. Mandaron a un tal Ed Dieckmann, que era jefe de dactilografía y él comprobó que Juan había matado a la niña”

- ¿Y por qué la gente creía en su inocencia?

- Porque el pueblo es muy dado a hacer esas conjeturas. La gente por ingenuidad no tiene la cultura para discernir y se va con la leyenda. Eso viene de la gente más humilde.

- ¿Todos le creyeron?

- “No todos. Hubo un total rechazo a la figura de Juan Soldado de parte de los sectores de clase media, pero Juan no deja de ser un asesino mal venerado”.

Degolló a la niña

Quien también sabe de esta historia es el doctor Clemente González, maestro universitario de la UABC. Su padre vivió el caso. “Nosotros tenemos fotos que demuestran que la niña fue golpeada. Le hicieron un tajo en el cuello de cinco pulgadas. Sabemos que la niña también se defendió. Tenía pelusa del uniforme de Juan Soldado en sus manitas. Ahora nos preguntamos: ¿por qué la niña violada no pasó a ser una Santa y este fenómeno se fue hacia Juan Soldado?”.

Y suelta: “Estoy en contra de que a un asesino, violador, le tengan un altar. El reporte de la policía de San Diego, encontró que era la misma sangre”.

“Yo vivía -recuerda- a dos cuadras del panteón donde fusilaron (el 17 de febrero de 1938) a Juan Soldado. Y un día, mi padre nos vio que llevábamos unas piedras y unas velas porque veíamos que la gente le aventaba piedras y le pedía perdón. Entonces mi papá nos regaño porque dijo que era un asesino”.

“El 17 de febrero de 1938 mi padre, Clemente González Preciado, estaba tomando un curso de Comercio en la escuela Álvaro Obregón, pero se fue de pinta. Él fue uno de los testigo. Vio cómo Juan Soldado, una vez que hallaron culpable, corrió después de la primera carga de disparos. Después siguió corriendo hasta que se cayó nuevamente y un oficial le pegó un tiro de gracia en la cábeza”.

“Las evidencias ahí las tenemos. No estamos contando una anécdota. En este caso, nosotros nos preguntamos a qué se debe que lo hicieran santo”.

No hay evidencias de su culpabilidad

Pero Manuel Valenzuela Arce, investigador del Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte (Colef), afirma que no hay pruebas de que Juan Soldado sea el asesino de Olga.

Y platica: “La gente que empieza a crear a Juan Soldado fueron los mismos que buscaron lincharlo. Eso anidó la posibilidad de que se dudara de su culpabilidad. La Secretaría de la Defensa Nacional no tiene registro de esto”.

“Al comienzo, los telegramas hablaban de que varios soldados habían participado. Luego sólo apareció uno: Juan Castillo”.

Para el investigador, el culto cobra fuerza a partir del contexto en que ocurre.

Por ejemplo: “Había incertidumbre presidencial de Lázaro Cárdenas de cerrar los casinos y las casas de juegos en las ciudades fronterizas. Esto afectaría a los dueños y a los empleados que laboraban en esos espacios”.

Además, el 16 de enero de 1938, cuando la junta local falló a favor de la decisión del presidente Cárdenas, se declaró el Día Sangriento de Tijuana. Hubo balaceras. La gente cerró el cruce fronterizo, bloquearon las calles. En esas fechas (cuatro semanas después) ,ocurrió la violación y muerte de la niña Olga”.

“Fue esa misma gente la que incendió el palacio municipal y la policía. A Juan lo declararon culpable y se le ejecutó públicamente. Y cuando le iban a dar el tiro de gracia, volteó a ver un capitán y le dijo: ‘Mi capitancito, y qué pasó con lo que usted me prometió’. “Y a partir de ahí surgió el mito”.

- ¿Y por qué acude la gente a Juan Soldado?

- “Por los amplios campos de incertidumbre, de demandas insatisfechas. En estos casos se recurre al santo milagroso”.

Jorge Morales, periodista del diario hispano La Opinión, en Los Ángeles, también ha escrito del fenómeno y sugiere: “Esto tiene que ver con los emigrantes, quienes en busca de una vida mejor al otro lado de la frontera, tratan de encontrar en la imagen de un santo lo que su país no les puede dar: esperanza. Llegar ‘al otro lado’ significa para ellos un milagro”.

Basta mirar al interior de la capilla de Juan Soldado para darse una idea: “Juan Soldado, gracias por ayudarme a lograr mi libertad”, le dice una placa.

Algunas de plano cuentan: “Yo quiero decirles que desde 1994 había escuchado hablar de Juan Soldadito, me habían dicho que es muy milagroso y vine a pedirle ayuda, pues choqué. La persona que me pegó me echó la culpa a mí y yo le pedí a Juan Soldadito que me ayudara. Cuando me llevaron a la Corte, la abogada del sujeto me preguntó muchas cosas pero entre otras me preguntó: ¿Cómo son los semáforos? ¿redondos o cuadrados? Con los nervios no sabía que contestar en ese momento, y oí una voz muy fuerte que me dijo al oído ‘Redondos’ y al mismo tiempo grité yo: ¡Redondos! y yo sé que fue Juanito Soldado el me que ayudó”.

Alguien más le pide: “Juanito, necesito que me ayudes a cruzar, porque voy llevar a mis hijos por el desierto, el pollero los va a recoger en Mexicali”.

A la salida del panteón, un taxista que me saca de la colonia pregunta si yo también le pedí algo a “Juanito”. Le digo que no. Y me sugiere: “Usted tenga fe, ya verá que le va a cumplir su manda, porque también hay malandros milagrosos”.

**Te recomiendo que le eches un vistazo al clip de esta historia:

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