Periodismo que hace pensar!

Por Darío Dávila

¿Puede una historia de violencia explicar la realidad? En México y algunas regiones de Latinoamérica, los periodistas están enfrentando relatos de violencia en todas sus formas: Imágenes de decapitados, mantas colocadas por cárteles de la droga, operativos militares, agresiones contra civiles, crónicas de sangre, comunicados de detenciones y violencia urbana.
¿Qué hace un reportero con esos ingredientes? ¿En qué los puede transformar? ¿Puede ser útil para lector el ángulo de la violencia?
Detrás de la detención de un vendedor de droga en una colonia popular, se esconde una poderosa historia. ¿Qué pasaría si investigamos cuánto ha crecido el número de adicciones en esa zona de la ciudad? ¿Qué dicen los padres de familia? ¿Habrá algún joven que se esté rehabilitando? ¿Puede él ser un ejemplo para los demás? ¿Y si realizamos una infografía para mostrar las zonas donde ha habido mayor índice de consumo? ¿Cómo puede un padre de familia identificar si su hijo tiene problemas de adicción? ¿Y usamos Twitter para contar una historia desde esa colonia?
Los ingredientes para la receta de la historia podrían ser muchos. Pero no se trata sólo de convocar a los sentidos para vender…sino de aportar conocimiento para explicar.



Hay que hacer que el lector piense lo que está sucediendo.
Ese ritual también implica que los periodistas tengan alto grado de curiosidad, humildad, tolerancia, autocrítica y pasión. Se innova con la diversidad y no con el pensamiento único.



En tiempos de balas y sin ellas, los editores visuales tienen un frente un reto: construir historias con talento, oxigenadoras, memorables, fáciles de entender y comprender, que tengan sentido del otro y respeto por la dignidad humana. Con herramientas que faciliten la compresión del fenómeno social. Se trata de pasarnos del otro lado de la calle mirar desde lejos la historia para enriquecerla, innovar y explicar mejor la realidad.
Basta de reproducir y callar, hay que explicar.
La opción existe: Periodismo notarial o periodismo que hace pensar. ¿Cuál escoge usted?